miércoles, 20 de febrero de 2008

Se Vende Genes De Segunda

Michael Crichton puede fácilmente ser declarado el más eficaz escritor del tecno-thriller. Recuerdo haber leído Jurassic Park en la escuela y quedar fascinado por la reseña del desarrollo de la Ingeniería Genética con la cual abre aquella novela hasta llegar al punto en que la clonación de dinosaurios suena totalmente lógica. Años más tarde leí Timeline y nuevamente me encontré con una explicación de la evolución de la Física Cuántica absolutamente clara para el lector promedio, de tal forma que cuando sus personajes viajan por el tiempo a la era medieval resulta de lo más natural. Lo cual no debe sorprender; Crichton está especialmente dotado con una mente prodigiosa que fusiona la educación adquirida en la Escuela Médica de Harvard de la cual se graduó summa cum laude con el talento de un narrador nato. Se ha destacado por ser el único autor estadounidense que simultáneamente ha ocupado el primer puesto en las listas de libros, en las películas más taquilleras y en las series de televisión más populares, con su exitosa creación ER.

Su más reciente novela, Next, retoma su interés en los avances de la Genética al proponer lo que nuestra civilización puede fácilmente llegar a ser dentro de unos años si esa ciencia continúa avanzando sin ser regulada, y en esta ocasión el monstruo no es un animal prehistórico fuera de control … es el propio ser humano.

La sociedad de Next está repleta de posibilidades: Un hombre cuyo cuerpo venció al cáncer se ve sujeto a un fallo judicial que determina que sus células son propiedad de una corporación. Un orangután modificado genéticamente sólo sabe decir palabras soeces en todos los idiomas. Un líder en la investigación genética es también un popular evangelista que diseña sus sermones para beneficiar su agenda de negocios. Los genes para encajar socialmente, para la irresponsabilidad y para la adicción a las drogas son identificados, controlados y, sobre todo, patentados. Animales son modificados genéticamente para declararlos obras de arte. La naturaleza es alterada para desplegar mensajes comerciales. La desinformación es juego de niños cuando todos ponemos fe ciega en Google. Un chimpancé con genes humanos se integra a una familia de homo sapiens y resulta más noble que cualquiera de ellos. Y un papagayo modificado genéticamente no sólo tiene personalidad y puede hablar cual humano sino que es un genio matemático y el “personaje” más agradable de la historia.

Next difícilmente se puede describir como un thriller, dada la ausencia de un incidente fabricado por el autor para crear la tensión. Propongo más bien clasificarlo como un drama humano que lo único que toma prestado del thriller es el ritmo trepidante que te mantiene ansioso de leer el siguiente capítulo. Ningún personaje adquiere protagonismo y más bien se destaca el comportamiento colectivo de la muestra social que su elenco compone, sirviendo como denominador común la avaricia corporativa y la amenaza del comercialismo genético.

De particular interés resultan las recomendaciones que al autor hace al concluir su relato: No patentar los genes, regular la experimentación con tejidos humanos y otras propuestas similares suenan razonables y lógicas. Sin embargo, ¿Por qué no lo estamos haciendo ya? Sólo el tiempo dirá si Michael Crichton es para nuestra generación lo que Julio Verne fue para la suya. Lo que sí resulta indiscutible es la perturbadora resonancia de la frase con la cual el novelista inaugura las páginas de Next: “Esta novela es ficción, excepto por las partes que no lo son.”

Sitio del autor: http://www.michaelcrichton.com/

Febrero, 2008

Referencia Bibliográfica:
Crichton, Michael. Next. Gran Bretaña: Harper Collins, 2007. 512 p.

La bala que no te mata te hace más fuerte

Independientemente de lo que pienses de The Da Vinci Code, no se puede negar que fue una novela que atrapó la imaginación de los lectores mundialmente. Y como suele ocurrir en esos casos, la siguiente etapa consistió en ver el mercado inundado de fotocopias improvisadas por autores que corrían a explotar la fórmula de Dan Brown. Por eso es alentador haberme encontrado recientemente con una novela que podría definirse como la “anti-Código Da Vinci”.

The Book of Fate, escrita por Brad Meltzer, tiene una génesis peculiar. Tras recibir una carta de George y Barbara Bush expresando su fascinación con sus novelas anteriores, Meltzer viajó a Florida a conocerlos y encontró la chispa de la inspiración en la vida post-Casa Blanca que llevan los antiguos Presidentes de Estados Unidos.

La novela empieza con el momento de gloria de la administración de Leland Manning, cuando en vísperas de la reelección hace una aparición triunfante en la pista de carreras automovilísticas de Nascar y su futuro dorado es derrumbado por un demente que súbitamente abre fuego y aunque no logra darle al Presidente sí mata al Secretario de Estado Ron Boyle y desencadena una serie de eventos que ponen fin a la vida política de Manning.

Ocho años después el protagonista, Wes Holloway, un joven que una vez gozó de un futuro prometedor como el asistente del Presidente hasta que el atentado lo dejó desfigurado, sigue ocupando el mismo cargo de asistente de Manning y en un viaje a Malasia accidentalmente descubre que Boyle aparentemente continúa con vida. Decidido a deshacer la telaraña de secretos que envuelve el incidente que arruinó su vida, en un parpadeo se halla a sí mismo huyendo del Servicio Secreto, desconfiando de aquellos a quienes más ha respetado y en rumbo de colisión con una misteriosa organización conocida sólo como Los Tres, responsables de la conspiración que hizo estragos en la administración Manning.

El énfasis de este thriller político está en sus personajes, con quienes Meltzer destaca sus talentos para la caracterización. Desde el vulnerable Wes cuya narración nos hace simpatizar con todas las tribulaciones que a corta edad tuvo que enfrentar, la joven reportera Lisbeth que lucha entre apoyar a Wes y su propia ambición por conquistar la primera plana, Rogo, el amigo y confidente de Wes, Dreidel, su amoral predecesor en el cargo de asistente presidencial, hasta Leland, quien mantiene un aire de distancia y vago misterio apropiado para un líder mundial, su esposa Lenore, digna de ser la mujer detrás del trono y Nico Hadrian, el delirante asesino cuyo fanatismo religioso es expertamente manipulado por The Roman, el enigmático miembro de Los Tres que trata de mantener enterradas las mentiras que desviaron el rumbo de la historia.

Y, ¿por qué denominé a la historia “anti-Código Da Vinci”? Porque la trama viene salpicada de la oscura historia de Los Masones, pero en lugar de obedecer la técnica trillada de inyectar los hechos reales con la fantasía de la historia, Meltzer se esmera por limitarse a exhibir únicamente los hechos indiscutibles y se las ingenia para utilizarlos de una forma inesperada que de paso se mofa sutilmente de los autores de las conspiraciones infinitas.

Pero, sobre todo, The Book of Fate es una novela sobre la lealtad en todas sus variaciones: Lealtad de amigos, lealtad hacia un mentor, lealtad de pareja, lealtad hacia tus principios, lealtad hacia un pueblo que te confía su gobierno. Y es que Brad Meltzer nos hace considerar seriamente la estrecha distancia que distingue la lealtad que se luce en circunstancias críticas y aquella lealtad depositada en quienes menos se la merecen.

Sitio del autor: http://www.bradmeltzer.com/


Febrero, 2008

Referencia Bibliográfica:
Meltzer, Brad. The Book of Fate. Nueva York: Warner Books, 2007. 616 p.

Novelizando la Experiencia

Stella Rimington empezó a trabajar en MI5—el servicio de seguridad de Inglaterra—en 1965, y veintisiete años después se convirtió en la primera mujer directora de la institución. Por supuesto que su hoja de vida era suficiente mérito como para que me interesara en leer su primera novela, At Risk.

La protagonista, Liz Carlyle—quien la misma autora describe como semi-autobiográfica—es una agente de inteligencia de MI5 devota a su trabajo, a tal punto que no parpadea en suspender fríamente su relación amorosa con un hombre casado para que ésta no perjudique su carrera. Liz forma parte de un comité anti-terrorismo, y adquiere protagonismo en una investigación sobre la posible infiltración en territorio británico de una “invisible”, término con el cual identifican a una terrorista potencial que por su categoría de ciudadana inglesa puede moverse dentro de la nación sin llamar la atención.

En las páginas de At Risk apreciamos con lujo de detalle los pasos a seguir para fraguar un atentado en suelo inglés. El terrorismo moderno es lo mejor que pudo sucederle a las novelas de espionaje desde el fin de La Guerra Fría, y en esta obra Rimington lo exprime al máximo. Una joven inglesa carente de motivación que encuentra refugio en el Islam queda presa del extremismo religioso cuando se vuelve el elemento clave para infiltrar al consumado terrorista Faraj Mansoor desde Afganistán a través de La Caravana—una detallada descripción de cómo realistamente se introducen unidades en Gran Bretaña—y metódicamente burlan a las autoridades mientras planean pasar la factura por un incidente en Afganistán que por incompatibilidades culturales cobró numerosas vidas inocentes.

Liz se encuentra a sí misma en el vértice de esta amenaza, aliada con Bruno McKay, un agente de MI6 cuya audaz personalidad nos hace suponer que Rimington considera que la concepción popular de estos célebres espías no se aleja mucho de la realidad. A través de Carlyle se enfatiza el rol de una mujer en una tradicional profesión de hombres – sin duda un reflejo de lo que Rimington vivió en su propio desempeño profesional. Pero a través de su ingenio y de su férrea determinación Liz excavará en las mentiras hasta descifrar el verdadero objetivo de sus enigmáticos adversarios.

Tuve la oportunidad de ver los anuncios de esta autora en los subterráneos de Londres, con la leyenda “Liz Carlyle – una agente con verdadera inteligencia”. Y ese es el mayor mérito del trabajo de Rimington, su dominio de los procedimientos a seguir para proteger una nación. La investigación de sus personajes es metódica y minuciosa. Participan todas las autoridades relevantes y sus indagaciones siguen un curso lógico y creíble. Estoy convencido de que lo único ficticio son sus personajes; todos los eventos reflejan lo que ocurre en la realidad. Quizás hasta podamos estar frente a un posible incidente real que no llegó a los oídos de la prensa. No olvidemos que esta obra se codea con Le Carré y Tom Clancy en el mundo del espionaje.

Pero esos mismos créditos que me atrajeron a ella prueban ser una espada de doble filo. La novela se desarrolla lentamente, a veces demasiado, y no se decide si quiere ser un thriller o un drama. La trama ha avanzado demasiado para cuando la autora intenta hacernos simpatizar con Mansoor, su principal antagonista, quien hasta entonces se había vanagloriado en ser un cliche. Remington invierte demasiado tiempo detallando las vidas de personajes que son incidentales en la trama, y los que realmente cobran protagonismo carecen de unos cuantos rasgos más que los individualicen, en particular Liz y Bruno, quienes se acercan a dejar de ser un estereotipo pero desafortunadamente trastabillan antes de la meta. Además, Rimington vacila al decidir si su desenlace será verista o dramático, y la ansiedad del lector no se ve saciada en las últimas páginas. Pese a lo anterior, debo reconocer que hay una cualidad emotiva en sus personajes que aboga por Stella como escritora, pero necesita holgura en sus riendas.

Mi conclusión acerca de At Risk es que la rica experiencia profesional de Stella Rimington colisiona con su carencia de práctica narrativa, pero afortunadamente su tren no se descarrila. Estamos sin duda ante una novela competente y si su compromiso con la ficción es serio, dentro de unos años consideraremos este debut como el primer ensayo de una gran escritora.
Febrero, 2008


Referencia Bibliográfica:
Remington, Stella. At Risk. Londres: Arrow Books, 2005. 454 p.

sábado, 2 de febrero de 2008

Los Millones de la Discordia

Me tocó descubrir a Brad Meltzer, un autor que ya empieza a dar de qué hablar, a través de su novela The Millionaires, que me dejó con la determinación de buscar sus otras obras publicadas y seguirle el rastro, pues promete una producción interesantísima para los años venideros.

El libro en cuestión nos conduce a la vida de Oliver y Charlie Caruso, dos hermanos de escasos recursos económicos que luchan por salir adelante en la vida y aliviar las preocupaciones de su madre. Charlie, el menor, es un artista diluido que ha procurado vivir por la línea del menor esfuerzo a fin de esquivar a toda costa la posibilidad de fracasar en alguna de sus metas. En contraposición, Oliver se ha dedicado a cumplir con todos los pasos correctos para surgir: Ha estudiado vehementemente, ha ahorrado con una conciencia ajena a su edad, y trabaja sin descanso en un banco bajo la supervisión de uno de los socios principales de quien espera la recomendación ideal para ingresar a alguna de las principales universidades de negocios.

Pero guiar tu vida por el sendero recto no garantiza el éxito, y una honda decepción de las intenciones de su jefe se conjugan con una oportunidad tentadora que se cruza en el camino de Oliver: Una cuenta abandonada con tres millones de dólares cuyo propietario ha fallecido y que, de no ser reclamada, será transferida al gobierno. Tras forcejear con su conciencia, Oliver pone en marcha un plan maquiavélicamente sencillo para apropiarse de los fondos en colusión con su hermano y Shep, el director de la seguridad del banco. Tres millones divididos entre tres resolverían todos sus problemas, y a fin de cuentas, no le robarían a nadie, en el sentido formal de la palabra.

No obstante, un día después de que los millones están a salvo en su cuenta offshore, la catástrofe toca a su puerta. El banco entra en caos, el Servicio Secreto inicia una frenética investigación en la cual Shep acaba asesinado y los hermanos Caruso huyendo por sus vidas, con dos agentes corruptos de dicha organización pisándoles los talones, dispuestos a sacarlos de la ecuación para apoderarse del botín, que misteriosamente resulta ser no tres millones sino más de trescientos millones de dólares. Una tercera jugadora entra en escena cuando la aseguradora del banco envía a la investigadora privada Joey Lamont—uno de los personajes más fascinantes del libro—a desenmarañar el caso.

Mientras los hermanos Caruso rastrean el secreto del difunto propietario de la cuenta problemática desde Nueva York hasta Florida—en donde una enigmática mujer llamada Gillian se unirá a su cruzada, acompañándolos hasta Orlando a un desenlace en el escenario más insólito posible—la novela pasa página tras página retando al lector a soltarla, y al final sale victoriosa, pues es imposible desprenderse de ella. No es sólo que Meltzer demuestra la paciencia necesaria como para recopilar todos los datos requeridos a fin de enmarcar su obra en la realidad del mundo bancario, de las legislaciones financieras y de la tecnología disponible para la persecución que relatará. No es sólo que su prosa ligera y envolvente cabalga justo al ritmo ideal para la historia. Es el hecho que sus personajes son tan vívidos, sus diálogos tan reales, sus hábitos tan auténticos, que uno gustosamente se suma a la odisea de los Caruso con una inversión emocional similar a la que viviríamos si algún amigo cercano nos confiara un dilema como el cual se desarrolla en The Millionaires.

Pero, ¿no son los protagonistas unos ladrones?, es la pregunta que salta a la mente ante la premisa de la novela. Podría replicar con el cliche del ladrón que roba a ladrón, pero en su lugar señalaré a la ambición como el motorcito interno que nos hace levantarnos todas las mañanas a producir día a día. ¿Y es que hay alguna línea clara que separe a la ambición de la codicia? Esa es la interrogante que los Caruso deberán esclarecer, y sólo si dan con la respuesta correcta obtendrán un premio más valioso que tres o trescientos millones de Washingtons.



Noviembre, 2005
Referencia Bibliográfica:
Meltzer, Brad. The Millionaires- New York: Warner Books, 2002. 524 p.