sábado, 5 de febrero de 2011

Vidas en Subasta

 Existe un magnetismo peculiar en la voz de Atticus Kodiak quien desde las primeras oraciones de una novela nos infunde el presentimiento de que vamos a adentrarnos en un sendero que es preferible no recorrer, y aún así nos resulta imposible desprendernos de su lado durante sus cruentas experiencias. Esto nunca ha sido más cierto que en su última novela, Walking Dead.

Kodiak es el protagonista de una serie de siete novelas escritas por Greg Rucka cuyo ciclo concluye en esta entrega. He devorado cada una de las obras, aunque en las últimas tres he discrepado con la dirección narrativa escogida por el autor. Cada una de las elecciones ha tenido sentido dentro de la lógica del mundo de este personaje, pero siento que Rucka desperdició el potencial que había en la profesión de guardaespaldas de Kodiak cuando éste decidió proteger la vida de la sicaria Alena Cizkova en Critical Space y se convirtió en un fugitivo de la justicia en Patriot Acts.

Con Walking Dead Rucka se propone armonizar las dos identidades de Kodiak. Viviendo una vida secreta pero plácida en una villa remota de Georgia junto a Alena y su perro Miata, Atticus finalmente ha alcanzado la paz que se merecía. El sosiego es quebrantado, sin embargo, cuando su vecino Bakhar Lagidze es salvajemente asesinado junto a su esposa e hijo. Atticus y Alena podrían olvidar el incidente al igual que el resto de los habitantes de Kobuleti, pero una tragedia aún peor los atormenta: Tiasa, la hija de catorce años de Bakhar, fue secuestrada esa noche y ha sido vendida al sórdido mundo de la esclavitud sexual.

Recuerdos de un Ángel

Usualmente cuando una novela es publicada como compañera de una serie de televisión podemos estar seguros de que su contenido no será memorable, en primer lugar porque nada relevante le ocurre a los personajes para no contradecirse con la continuidad del programa, pero principalmente porque no hay mucho esfuerzo en sus páginas pues no es más que una estrategia comercial para exprimirle unos dólares extra a los seguidores de la serie.

Le hice espacio entre mis lecturas a Before the Dawn, el primero en una trilogía de libros de Dark Angel, únicamente porque pronto empezaré a ver la colección de DVDs de esa genial serie que concibió James Cameron y que merecía durar más de las dos temporadas que fueron transmitidas. Pero con este libro tenía una garantía adicional: El autor es Max Allan Collins, conocido por sus historias detectivescas de Nathan Heller, Dick Tracy y Elliot Ness.

Before the Dawn nos lleva a los inicios de Max Guevara, quien en pantalla fue protagonizada por Jessica Alba. Ella es producto de un experimento genético del gobierno de Estados Unidos cuyo propósito era crear los soldados perfectos. Nacidos en el laboratorio de Manticore y entrenados desde pequeños, Max y sus hermanos logran fugarse a temprana edad, y la posterior detonación de un pulso electromagnético que transforma el país en una nación pobre y desesperada les permite desaparecer en el anonimato y crear nuevas identidades. Max se gana la vida aprovechando sus talentos como ladrona en Los Angeles mientras alimenta el anhelo de reencontrarse con sus hermanos, y cuando en las noticias ve la aparente reaparición de uno de ellos emprende un viaje a Seattle a buscarlo sin imaginar que una nueva vida está a punto de acogerla.

La Última Bala


Para lectores hambrientos de historias cuyo riguroso realismo exija una mínima suspensión de la incredulidad sin sacrificar la tensión y el impacto del relato Greg Rucka suele ser una elección confiable, y su más reciente novela, The Last Run, es quizás el esfuerzo más destilado del autor por plantearnos un drama de brutal verosimilitud.

Se trata de la tercera entrega de la serie Queen & Country, dedicada a la sección de operaciones especiales de la inteligencia británica. Al igual que en los libros que le antecedieron, A Gentleman’s Game y Private Wars, lo protagoniza la destacada agente Tara Chace, quien en esta ocasión se enfrenta a su adversario más feroz: La edad. En esto Rucka se distancia de sus colegas en el género del espionaje quienes, tras concebir a un personaje tan vívido como Tara, lo mantienen activo en múltiples aventuras para gran satisfacción de sus seguidores. En el mundo de Rucka los años transcurren en tiempo real, y la agente Chace lleva ya casi una década activa. Ha cumplido con numerosas misiones, ha sobrevivido varios tiroteos y ha sido torturada por sus enemigos, pero es una falla insignificante durante un ejercicio de entrenamiento la que le revela que su cuerpo está llegando al límite. Paul Crocker, el director de la sección especial, reconoce que todos los agentes tienen fecha de expiración y está dispuesto a transferir a Tara a un escritorio, pero el destino tiene planes distintos para ella.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Maigret de Vacaciones

Hay conceptos que espontáneamente trascienden las páginas en las cuales han sido concebidos y se convierten en un símbolo universal de la categoría de ficción a la que pertenecen. Por ejemplo, sé lo que es el Tardis aunque nunca he visto un episodio de Dr. Who. Similar es el caso del Comisario Jules Maigret, célebre investigador francés que protagonizó setenta y cinco novelas y veintiocho cuentos escritos por Georges Simenon cuyo nombre es sinónimo del género detectivesco.

Hace unos días finalmente tuve la oportunidad de leer una de sus novelas, titulada Maigret y el Falso Culpable, publicada originalmente en 1954. La historia nos presenta a un maestro de un pueblo distante y olvidado que se aparece en el despacho de Maigret en Paris, inspirado por su monumental reputación a ir a solicitar su ayuda para que lo absuelva de un crimen del cual ha sido injustamente inculpado. Motivado quizás por el buen ánimo que siembra la incipiente primavera, Maigret accede a acompañar al educador de vuelta a Charentes, en donde su prodigiosa mente es requerida más de lo que él supone.

martes, 26 de octubre de 2010

El Toque Femenino

La Segunda Guerra Mundial proporcionó un contexto épico para actos tremendamente heroicos que continúan conmoviendo después de más de medio siglo, así que no sorprende que sus eventos proporcionen una chispa inagotable para la imaginación de escritores alrededor del mundo. De esa fuente Laurent Vachaud cosechó el material para su novela Espías en la Sombra, que se inspiró parcialmente en hechos de la vida real, enfocándose en las duras vidas de las mujeres que aportaron lágrimas y sangre a la lucha contra la opresión Nazi.

El relato lo protagoniza Louise Desfontaines, integrante de la resistencia francesa quien tras una misión fallida que le cuesta la vida a su esposo se ve forzada a huir a Inglaterra en donde se une al Special Operations Executive de Winston Churchill. Ahí es reclutada por su hermano Pierre—con quien tiene una relación disfuncional—para una misión crítica: Extraer de Francia a un geólogo inglés antes de que los alemanes lo capturen y le arranquen el secreto de la invasión de Normandía.

Pierre ha formado un equipo de agentes femeninas, seleccionadas para aportar algún talento imprescindible a la inusual operación. Conocemos a Suzy, una bailarina exótica con un pasado vergonzoso, a Gaëlle, una especialista en explosivos, a Jeanne, una prostituta cínica, y a María, una operadora de radio judía. Pero lo que parecía una infiltración fríamente calculada rápidamente degenera en un desastre, y nuestras protagonistas se ven a la merced de la implacable persecución de Karl Hendrick, un coronel de la Gestapo cuya fijación con develar la ofensiva aliada es tan fuerte como su obsesión con Suzy.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Fábrica de Monstruos

Sospecho que cuando Tom Rob Smith decidió escribir su primera novela, Child 44, tenía una historia distinta en mente. Fascinado con el asesino en serie soviético Andrei Chikatilo, Smith vio la oportunidad de recrear el thriller en un escenario atípico al insertar una ola de asesinatos similares a los de Chikatilo durante la época de Stalin, y concibió una premisa repleta de un rico potencial.

Child 44 nos transporta a 1953, a la última etapa del Stalinismo, en donde un asesino en serie deja a su paso una serie de cadáveres de niños a lo largo de la Unión Soviética, valiéndose del arma más poderosa a su favor: La acérrima oposición de los gobernantes a reconocer que en la perfecta sociedad comunista puedan suceder crímenes tan atroces.

Es en estas circunstancias que conocemos al protagonista, Leo Stepanovich Demidov, un agente de la MGB—la Policía Secreta—a quien le han encomendado disciplinar a un colega que alega que su hijo fue asesinado. Leo desempeña esta tarea con la misma eficiencia implacable con la cual se conduce habitualmente, y rápidamente reconocemos la genuina convicción en el sistema soviético en la que Leo, un célebre héroe de la Gran Guerra Patriótica contra los Nazis, ha erigido los cimientos de su vida.

domingo, 18 de julio de 2010

Nación de Pecadores

La novela más formidable que he leído en la última temporada llegó a mi biblioteca por casualidad. En un aeropuerto mis ojos divisaron The Secret Speech y adquirí un ejemplar principalmente por interés en su marco histórico. Para mi sorpresa, en sus páginas descubrí a uno de los autores más prometedores de los últimos años.

Como ya se ha planteado anteriormente, los géneros se mantienen vigentes gracias a la habilidad de escritores que logran traducir sus convenciones a premisas innovadoras. Si bien el género te dicta cómo será contada, es la historia que cuentes la que determinará el éxito del relato. Esto lo demuestra Tom Rob Smith en este thriller atípico.

The Secret Speech se desenvuelve en la Unión Soviética de finales de los cincuenta, en donde el pavor al Estado es el principal legado del recién fallecido Stalin. El título de la obra hace referencia al discurso secreto dado por el nuevo líder soviético, Nikita Kruschev, al Congreso del Partido Comunista, en el que criticó fuertemente el culto a la persona y los abusos del estalinismo. La historia nos retrata a una sociedad tan subyugada por la brutal represión del régimen que ha asimilado el terror y la paranoia como elemento natural de la vida cotidiana, a tal grado que las reformas de Kruschev les resultan tan inimaginables como una Berlín unificada. En este entorno florecen represalias inclementes: Agentes gubernamentales que en los años precedentes tuvieron el deber de cumplir la voluntad de los gobernantes ahora están siendo castigados—asesinados sistemáticamente en respuesta a las atrocidades que cometieron o condonaron.