sábado, 3 de noviembre de 2007

Después de DefCon Uno

¿Recuerdan la crisis de los misiles soviéticos en Cuba de 1962, cuando John F. Kennedy y Nikita Kruschev tuvieron al mundo en tensión mientras se enfrentaban sus naciones? ¿Recuerdan cuando EEUU invadió Cuba y sus fuerzas fueron diezmadas por las armas nucleares tácticas de los rusos? ¿Recuerdan cuando los misiles intercontinentales acabaron con la Unión Soviética, Nueva York, Miami, San Diego, Washington, California, y redujeron a los Estados Unidos a un país tercer mundista incapaz de mantenerse a sí mismo?

Éstas y más son las preguntas que nos plantea Brendan DuBois en su magnífica novela de historia alterna Resurrection Day que empieza diez años después de que el conocido incidente de Octubre del ’62 escaló a la Tercera Guerra Mundial, alterando radicalmente el curso del Siglo XX. Como a menudo ha sido pronosticado, el conflicto bélico con armas nucleares fue sumamente breve—se libró en un puñado de días—pero provocó millones de bajas y daños irreparables.

La obra es protagonizada por Carl Landry, un periodista del Boston Globe que en la víspera del décimo aniversario de la Guerra Cubana investiga el incongruente homicidio de un veterano de la administración Kennedy quien aparentemente custodiaba secretos sobre lo que verdaderamente ocurrió en las últimas horas antes de que estallara la guerra. Esto precipita una serie de complicaciones en la vida de Carl, quien junto a una periodista británica llamada Sandy Price viaja por su devastada nación hasta llegar a la isla fantasma de Manhattan, a fin de descubrir la naturaleza de unos misteriosos documentos que pueden contener la clave para la resurrección de los Estados Unidos y resolver el enigma del culto que afirma que “¡JFK vive!”.

Aunque el motor de la historia de DuBois es el suspenso detrás de una conspiración potencial, el auténtico mérito de su obra es el vívido retrato que nos pinta de lo que fácilmente pudo haber ocurrido hace cuarenta años. El denominador común de la Guerra Fría fue el miedo, y una minúscula variación en las decisiones de los gobernantes de esas dos potencias podría haber provocado un desenlace como el de Resurrection Day.

Por la aniquilación de la Unión Soviética y Cuba Estados Unidos paga con su propia ruina, convertida en una nación bajo ley marcial, con libertades civiles limitadas y estados completamente inhabitables debido a la radioactividad, tras la muerte de cientos de miles de personas por hambre y de frío. Pandillas de huérfanos rondan las calles y jóvenes se oponen al servicio militar obligatorio que inevitablemente los llevará a las áreas contaminadas. Kennedy es el Presidente más odiado en la historia de EEUU y un demócrata jamás volverá a ganar las elecciones. Los estadounidenses son despreciados en Europa por el daño irreparable que su acometida nuclear contra los soviéticos infligió en el planeta y los británicos se sienten discretamente satisfechos al ver que su antigua colonia nuevamente depende de sus subsidios. Los periódicos son censurados por un editor militar, y cualquier voz que se oponga a alguna decisión del gobierno marcial es enviada a trabajar a los campos de descontaminación que equivale a una sentencia de muerte. Y el recorrido que Carl y Sandy harán por Manhattan y New Jersey dejará en la mente de los lectores la huella indeleble de los resultados de un holocausto nuclear.

La trama circula en torno al misterio detrás del General Ramsey Curtis—quien tomó control del país luego de que el gobierno fue destruido en Washington—, los planes secretos de restablecer el Imperio Británico y la civilización oculta que ha crecido en las zonas restringidas al margen de la dictadura militar. Así disfrutamos en Resurrection Day de un inolvidable thriller post-apocalíptico fundamentado en una minuciosa investigación que juega un doble papel al presentarse también como un argumento efectivo en contra de que los humanos dispongan de armas nucleares.



Octubre, 2007

Referencia Bibliográfica:
DuBois, Brendan. Resurrection Day. New York: Jove Books, 2000. 465 p.