lunes, 11 de julio de 2011

El Libro No Es Mejor

Si la novela Dexter in the Dark es un termómetro de la serie literaria, Jeff Lindsay debería considerar seriamente encomendarle su singular creación Dexter Morgan a los guionistas de la serie de TV que produce Showtime y abstenerse de continuar publicando su propia versión del personaje en el futuro.  Mientras que el programa ha logrado evolucionar temporada tras temporada a partir de lo que inicialmente era una premisa limitada, Lindsay ha tomado el sendero inverso y, tras una novela inicial muy bien lograda, la calidad de las publicaciones subsecuentes ha decaído progresivamente.

El tercer libro en la serie aborda de lleno el tema del “Pasajero Oscuro” cuando Dexter acude a la escena de un crimen que con un vistazo trastorna su mundo interior: Un terror súbito e inexplicable desplaza a sus instintos psicóticos y lo deja envuelto de una sensación de vulnerabilidad que lo acompaña mientras su hermana Deborah lo obliga a asistirle durante sus investigaciones, que no revelan más que víctimas improbables y sospechosos imposibles.  Mientras tanto, Dexter tiene que lidiar con los preparativos de su inminente boda con Rita y desarrollar su relación con sus futuros hijastros—quienes ahora exhiben incipientes tendencias homicidas producto de los maltratos que les infligió su padre biológico.

lunes, 4 de julio de 2011

La Pluma Paranoica

Fault Line, la octava novela de Barry Eisler y su primera propuesta fuera del territorio de su sicario John Rain, comienza con escenas inusuales en este autor.   Conocemos a Alex Treven, un joven abogado de Palo Alto cuya principal ambición es ser invitado a ser socio en la firma Sullivan, Greenwald, Priest & Savage en la que trabaja, meta que está a punto de lograr gracias a la patente que está tramitando para un joven programador que ha desarrollado un programa de criptología que revolucionará a Silicon Valley.  Asistiendo a Alex en este caso está Sarah Hosseini, una atractiva y exótica colega de ascendencia iraní con la cual él secretamente aspira a entablar un romance.

Es curioso ver cómo Eisler se defiende con una premisa que tradicionalmente tendría su hogar en las páginas de John Grisham ó Brad Meltzer.  Sin embargo, después de un puñado de capítulos la novela empieza a girar rumbo a los terrenos usuales de su autor.  El día de una importante reunión con inversionistas el cliente de Alex es asesinado.  Poco después, el joven abogado descubre que su contacto en la oficina de patentes también ha muerto enigmáticamente, y esa misma noche un hombre armado irrumpe en su residencia y Alex apenas logra escaparse con un poco de ingenio y una tonelada de suerte.