sábado, 3 de abril de 2010

Mikael y Lisbeth

Cuando emprendí la lectura de Los Hombres Que No Amaban a Las Mujeres ya era bien conocida la trágica historia de su autor Stieg Larsson, quien falleció inesperadamente poco después de completar el tercer libro de su trilogía Millenium y no llegó a presenciar el éxito de sus tres novelas que han cautivado imaginaciones en todas las latitudes. Dada la popularidad de su obra, abordé la primera entrega con altas expectativas.

La premisa de la primera incursión literaria de Larsson gira en torno a Mikael Blomkvist, un idealista periodista cuya especialidad es exponer desfalcos y malos manejos de las grandes empresas suecas en las páginas de la revista Millenium, una publicación que fundó junto a dos amigos que comparten su idealismo y que es conocida por sus reportajes estilo exposé del mundo de las finanzas.

Conocemos a Mikael en la peor etapa de su vida: Recién ha sido condenado por difamación gracias a un artículo que publicó contra Hans-Erik Wennerström, un empresario corrupto que se encargó de desviar su carrera hacia el desastre. Desolado, Mikael abandona la redacción de Millenium y acaba aceptando un peculiar encargo por el cual se traslada durante un año al distante pueblo de Hedestad, en donde un viejo industrialista llamado Henrik Vanger lo ha contratado para que escarbe en el pasado de su familia para descubrir al autor de un crimen ocurrido hace medio siglo.