domingo, 22 de febrero de 2009

Cronopiofilia

¿Sonará muy mal que admita que nunca había leído a Julio Cortázar? No lo había evadido intencionalmente; simplemente entre tantos libros disponibles tardas más en llegar a unos que a otros. Mi primer contacto con este venerado escritor argentino fue a través del librito Historias de Cronopios y de Famas, y con sólo un par de páginas ya me había sumado a su legión de adeptos.

“En casa del Jacinto hay un sillón para morirse…”

La obra que nos ocupa ha sido catalogada como una colección de cuentos, pero semejante terminología tan rígida y tradicional es insuficiente para referirse al exuberante ejercicio de imaginación irreverente que encontramos dentro de sus páginas.

“Inventaron un cristal que dejaba pasar las moscas…”

El libro está dividido en cuatro secciones, y aunque la primera, titulada “Manual de Instrucciones,” no me convenció de salida, para cuando llegué a la segunda—“Ocupaciones Raras”—el libro me capturó, y al pasar a “Material Plástico”, la tercera, ya era un adicto.

“Un fama descubrió que la virtud era un microbio redondo y lleno de patas…”

Sus pequeños relatos podrían considerarse cuentos en el sentido que contienen el desarrollo de una acción por algunos personajes, pero a su vez trascienden las fronteras de los cuentos, se transforman en un género autóctono que se caracteriza por la innovación creativa y la invalidación de paradigmas.

“A un señor le cortaron la cabeza, pero como después estalló una huelga y no pudieron enterrarlo, este señor tuvo que seguir viviendo sin cabeza y arreglárselas bien o mal…”

En sus páginas encontrarás temas tan diversos como una tía que teme caerse de espaldas, cómo lanzar un pelo al lavabo y luego recuperarlo de la cañería, una familia que se apropia del duelo en los velorios ajenos, la humillación de las bicicletas al negárseles el acceso a los sitios públicos, un mundo tapizado de libros, la interpretación de la geografía desde la perspectiva de las hormigas, las vicisitudes del camello Guk que ha sido declarado indeseable, ó un oso que vive en los caños de la casa.

“Los pobres aprovechan los libros como ladrillos, los pegan con cemento y hacen paredes de libros y viven en cabañas de libros…”

Ésta es una obra que nos exige dejar de tomarnos todo tan en serio, nos reta a asignarle nuevos significados a palabras cotidianas, a buscar la novedad en lo mundano, a entretenernos con el absurdo. La aparente sencillez de sus relatos oculta una profundidad insospechada que revela a su vez un poderoso dominio del lenguaje y la sintaxis y una erupción inventiva irreprimible que se conjugan para producir el texto más divertido que he leído en muchos años.

“Pasa que los cronopios no quieren tener hijos, porque lo primero que hace un cronopio recién nacido es insultar groseramente a su padre…”

Al llegar a la cuarta y última sección que da título a la obra el ingenio fantástico alcanza su máxima expresión al describirnos el mundo de unos seres ambiguos llamados famas, esperanzas, y los adorables cronopios. No sería justo con el libro abordar estos relatos en un par de líneas; basta con decir que detrás de estas jocosas anécdotas yace una oda a la capacidad de ilusionarse con cada detalle ordinario de nuestro entorno.

“Qué maravillosa ocupación cortarle una pata a una araña, ponerla en un sobre, escribir Señor Ministro de Relaciones Exteriores, agregar la dirección, bajar a saltos la escalera, despachar la carta en el correo de la esquina…”

Historias de Cronopios Y de Famas es un libro que recomiendo para absolutamente cualquier persona; desde el lector empedernido hasta quien esquiva la literatura como una peste contagiosa. Es un libro que te hará reír, te hará pensar, te hará suponer, aliviará tus tensiones, y tan pronto culmines su lectura desearás regresar a la primera página. Julio Cortázar gozaba de una perspectiva privilegiada del mundo que nos rodea y somos afortunados de que la haya compartido con nosotros en esta obra intemporal.

Enero, 2009

Sitio del autor: http://www.juliocortazar.com.ar/

Referencia Bibliográfica:
Cortázar, Julio. Historias de Cronopios Y De Famas. México: Punto de Lectura, 2005. 165 p.

sábado, 7 de febrero de 2009

Travesuras del Pasajero Oscuro

Un asesino en serie que sólo escoge a víctimas peores que él es el héroe improbable de un misterio policiaco ambientado en Miami. Cuando escuché la premisa del programa de TV Dexter la tildé de insostenible para una serie, y conversando con un amigo opiné que estaría mejor planteada en una novela finita. Semanas después descubrí que de hecho el show era una adaptación de un libro de Jeff Lindsay, y de ahí mi curiosidad me obligó a leerlo.

Darkly Dreaming Dexter nos presenta a Dexter Morgan, un hombre que de pequeño fue adoptado por un policía honesto y tras crecer en el seno de su familia sigue la tradición familiar y trabaja como un científico forense en el Departamento de Policía de Miami sirviendo como analista especializado en los patrones de la sangre en las escenas de crímenes. Pero Dexter tiene una vida oculta: Como todo psicópata él es incapaz de sentir las emociones humanas y se limita a fingirlas mientras que, de vez en cuando y con la meticulosidad que semejante tarea exige, asesina a aquellos individuos cuyas trasgresiones sociales son lo suficientemente abominables como para que los lectores no se sientan incómodos con las atrocidades de Dexter, como por ejemplo un sacerdote que mata a los niños de su parroquia. ¿Dónde adquirió nuestro protagonista semejante código de honor? Pues Harry, su padre sustituto, detectó cuando Dexter era joven esos impulsos antinaturales que brotaban en él y, conociendo todas las técnicas policíacas, le enseñó cómo evadir los errores que lo enviarían a la cárcel y le inculcó los principios que le permitirían canalizar sus necesidades para beneficiar a la comunidad.

La vida cambia para nuestro insólito héroe cuando un nuevo asesino aparece en Miami exhibiendo un talento superior al de Dexter. Sus víctimas aparecen descuartizadas y vaciadas de hasta la última gota de sangre. Dexter se halla a sí mismo presa de una obsesiva admiración por el asesino que lo magnetiza a la investigación de los homicidios e inspira en él errores injustificados que podrían costarle todos sus secretos. Para complicar las cosas su hermana adoptiva, Deborah, quien también es una policía que aspira desesperadamente a convertirse en detective, requiere del apoyo de Dex para resolver el caso, pero él no está seguro si éste es un hombre a quien desea detener. O siquiera si se trata de su propio Pasajero Oscuro.

Mi escepticismo rápidamente se disolvió. No es sólo que Lindsay concibió un concepto que le ofrece un ángulo fresco a un género que ansiosamente lo requería después de haber sido explorado por tantos autores. Las páginas del libro están pobladas de personajes que se esmeran por romper con los roles tradicionales. Nos agrada tanto Deb Morgan con su carácter impaciente, como la Detective Migdia LaGuerta con su maniobras políticas y su atracción hacia Dex, como el Sargento Albert Doakes que sospecha que algo no anda bien con el forense Morgan, hasta la novia de Dexter, Rita, quien por su historia de abuso familiar es la pareja ideal para nuestro protagonista. Y hay que reconocerlo: Dexter también encanta porque a través de su narración en primera persona obtenemos un punto de vista poco convencional de la conducta social cotidiana, porque nos ofrece un retrato interesante de la comunidad hispana en Miami, porque salpica sus experiencias con un humor negro irreverente, porque notamos que hay una parte de él que desearía repeler al Pasajero Oscuro, que es la metáfora con la cual se refiere a aquellos instintos homicidas que encadenan su alma intempestivamente.

Si ya has visto la primera temporada de Dexter el libro guarda pocas sorpresas pues la adaptación televisa es muy fiel y sólo expande un poco la trama para cumplir con la cantidad adecuada de episodios. Pero aún así la prosa de Jeff Lindsay es lo suficientemente entretenida y envolvente como para enriquecer la historia. Por mi parte, ya he encargado los siguientes dos libros protagonizados por el Señor Morgan y no planeo ver un solo episodio más hasta que los haya leído.

Enero, 2009

Referencia Bibliográfica:
Lindsay, Jeff. Darkly Dreaming Dexter. Reino Unido: Orion Books Ltd, 2005. 275 p.