miércoles, 20 de febrero de 2008

Novelizando la Experiencia

Stella Rimington empezó a trabajar en MI5—el servicio de seguridad de Inglaterra—en 1965, y veintisiete años después se convirtió en la primera mujer directora de la institución. Por supuesto que su hoja de vida era suficiente mérito como para que me interesara en leer su primera novela, At Risk.

La protagonista, Liz Carlyle—quien la misma autora describe como semi-autobiográfica—es una agente de inteligencia de MI5 devota a su trabajo, a tal punto que no parpadea en suspender fríamente su relación amorosa con un hombre casado para que ésta no perjudique su carrera. Liz forma parte de un comité anti-terrorismo, y adquiere protagonismo en una investigación sobre la posible infiltración en territorio británico de una “invisible”, término con el cual identifican a una terrorista potencial que por su categoría de ciudadana inglesa puede moverse dentro de la nación sin llamar la atención.

En las páginas de At Risk apreciamos con lujo de detalle los pasos a seguir para fraguar un atentado en suelo inglés. El terrorismo moderno es lo mejor que pudo sucederle a las novelas de espionaje desde el fin de La Guerra Fría, y en esta obra Rimington lo exprime al máximo. Una joven inglesa carente de motivación que encuentra refugio en el Islam queda presa del extremismo religioso cuando se vuelve el elemento clave para infiltrar al consumado terrorista Faraj Mansoor desde Afganistán a través de La Caravana—una detallada descripción de cómo realistamente se introducen unidades en Gran Bretaña—y metódicamente burlan a las autoridades mientras planean pasar la factura por un incidente en Afganistán que por incompatibilidades culturales cobró numerosas vidas inocentes.

Liz se encuentra a sí misma en el vértice de esta amenaza, aliada con Bruno McKay, un agente de MI6 cuya audaz personalidad nos hace suponer que Rimington considera que la concepción popular de estos célebres espías no se aleja mucho de la realidad. A través de Carlyle se enfatiza el rol de una mujer en una tradicional profesión de hombres – sin duda un reflejo de lo que Rimington vivió en su propio desempeño profesional. Pero a través de su ingenio y de su férrea determinación Liz excavará en las mentiras hasta descifrar el verdadero objetivo de sus enigmáticos adversarios.

Tuve la oportunidad de ver los anuncios de esta autora en los subterráneos de Londres, con la leyenda “Liz Carlyle – una agente con verdadera inteligencia”. Y ese es el mayor mérito del trabajo de Rimington, su dominio de los procedimientos a seguir para proteger una nación. La investigación de sus personajes es metódica y minuciosa. Participan todas las autoridades relevantes y sus indagaciones siguen un curso lógico y creíble. Estoy convencido de que lo único ficticio son sus personajes; todos los eventos reflejan lo que ocurre en la realidad. Quizás hasta podamos estar frente a un posible incidente real que no llegó a los oídos de la prensa. No olvidemos que esta obra se codea con Le Carré y Tom Clancy en el mundo del espionaje.

Pero esos mismos créditos que me atrajeron a ella prueban ser una espada de doble filo. La novela se desarrolla lentamente, a veces demasiado, y no se decide si quiere ser un thriller o un drama. La trama ha avanzado demasiado para cuando la autora intenta hacernos simpatizar con Mansoor, su principal antagonista, quien hasta entonces se había vanagloriado en ser un cliche. Remington invierte demasiado tiempo detallando las vidas de personajes que son incidentales en la trama, y los que realmente cobran protagonismo carecen de unos cuantos rasgos más que los individualicen, en particular Liz y Bruno, quienes se acercan a dejar de ser un estereotipo pero desafortunadamente trastabillan antes de la meta. Además, Rimington vacila al decidir si su desenlace será verista o dramático, y la ansiedad del lector no se ve saciada en las últimas páginas. Pese a lo anterior, debo reconocer que hay una cualidad emotiva en sus personajes que aboga por Stella como escritora, pero necesita holgura en sus riendas.

Mi conclusión acerca de At Risk es que la rica experiencia profesional de Stella Rimington colisiona con su carencia de práctica narrativa, pero afortunadamente su tren no se descarrila. Estamos sin duda ante una novela competente y si su compromiso con la ficción es serio, dentro de unos años consideraremos este debut como el primer ensayo de una gran escritora.
Febrero, 2008


Referencia Bibliográfica:
Remington, Stella. At Risk. Londres: Arrow Books, 2005. 454 p.

No hay comentarios: