lunes, 14 de mayo de 2007

Todo Sobre Violetta

Hace años, cuando vi la película de Almodóvar Todo sobre mi Madre, me resultó difícil de digerir, pues a mi gusto todos los personajes estaban demasiado desviados, y el único individuo que era lo bastante normal como para servirme de ventana a ese mundo fallece en las primeras secuencias de la película.

Xavier Velasco ha logrado lo que en aquel entonces Almodóvar no pudo. Éste cronista del rock and roll nos presenta como ejes narrativos de Diablo Guardián a dos personajes intensamente amorales y de algún modo logra que sus protagonistas nos encanten a pesar de que ninguno hace ni el más mínimo esfuerzo por justificarnos su existencia.

La heroína, auto-bautizada Violetta, relata su vida a través de una serie de grabaciones en la cuales nos revela su apatía hacia una familia de clase de media obsesionada con aparentar un status superior, su fuga con la fortuna que sus padres habían robado de la Cruz Roja, y las peripecias que vive rumbo y durante su estadía en Nueva York. A falta de una educación aceptable y una formación apropiada, Violetta vive como una bola descontrolada dentro de una máquina de pinball. Se corre todos los caprichos, despilfarra todo su dinero y luego lo repone adoptando novios pudientes en lobbies de hoteles. “El dinero es como los hombres,” nos enseña Violetta. “Si se queda a dormir te jode la existencia.”

El héroe, escudado por el pseudónimo Pig, es un huérfano extraviado en su propio ego, quien adquiere amigos por medio de hongos alucinógenos y acribilla historias ajenas con tal de esquivar La Novela—En mayúsculas—a la que ha eludido toda su vida. Su camino eventualmente se cruza con el de Violetta y caprichosamente decide designarse como su Diablo Guardián, lo cual a su vez lo torna en el oyente de las confesiones de Violetta y el cómplice de su mayor ardid.

En cierta ocasión escuché describir esta novela como “caótica”, y ciertamente esa es la primera impresión que da. Pero una inspección más minuciosa del relato nos revela una narración deliberadamente profunda llena de reflexiones que trascienden como agudas críticas sociales. Violetta, desde su perspectiva impulsiva y hedonista, expone todas las hipocresías que hacen girar el engranaje de nuestra sociedad. El jurado que galardonó a Velasco con el Premio Alfaguara de Novela 2003 valoró “el hábil tratamiento del lenguaje oral al servicio de una narración que cautiva al lector por su dinamismo, gracia y tono picaresco”. Y esa es la cualidad más admirable de la prosa de Xavier: Las voces que le da a sus personajes son sumamente reales. Como parte de la nueva generación de escritores que está apareciendo, sus frases reflejan las idiosincrasias de la Generación X, y mantienen el tono escéptico y sarcástico que la caracteriza. La narración no pierde su buen humor a pesar de que la situación se torne crítica; inclusive maniobra por una difícil transición temporal en el capítulo dieciocho que por su contenido podría tornarse oscura y deprimente a través de una ingeniosa y divertida técnica de postales. Los eventos en Diablo Guardián son caóticos, pero es el caos del nuevo milenio en el cual el destino es cosa del pasado.

Unas líneas más arriba catalogué a Violetta y a Pig como héroes, y en cierto sentido lo son. Aunque carentes de brújula moral, este inverosímil dúo exhibe una valiosa cualidad. Contrastados con verdaderos depredadores como los padres de Violetta y Nefastófeles, los protagonistas son dos de los personajes más honestos que se encontrarán en una novela, y es su franqueza—Y la de Xavier Velasco—las que nos coloca sin miramientos ante el espejo de nuestra propia naturaleza y de los instintos que tiran de los hilos de nuestras acciones cotidianas. Más allá del divertido relato que nos entrega Velasco, Diablo Guardián nos da cabida para reconocer cuánto de Pig y Violetta hay en cada uno de nosotros.

Sitio del autor: http://www.fullmoontonic.com/

Referencia Bibliográfica:
Velasco, Xavier. Diablo Guardián. México: Alfaguara, 2003. 500 p.

No hay comentarios: